Llevaba años queriendo conocer
estas famosas montañas del norte de Italia. En todos los libros y guías aparece
en el encabezado que son “las montañas más bonitas del mundo” según Reinhold
Messer, gurú del alpinismo.
Es complicado comparar las
montañas, todas tienen su atractivo y decidirse por unas en concreto es difícil
y seguramente injusto. Pero lo cierto es que estas son bonitas, muy bonitas,
seguramente están entre las más bonitas del mundo. Pero claro, es siempre una
valoración muy subjetiva.
Para este trekking con ferratas no
me compliqué mucho la vida: fui con una empresa que se encargó de todo. Este
abordaje tiene sus ventajas e inconvenientes, pero lo que si hay que reconocer es
que es muy cómodo. Lo hice con Muntania. Uno de los
factores más impredecibles de hacerlo con una agencia es la composición del
grupo: en este caso los 8 miembros congeniamos magníficamente y esto sin duda
contribuyó a que la experiencia fuese mucho más gratificante.
El trekking es una sucesión de
valles y picos calizos, que combina senderos por bosque y prados alpinos y
subidas y bajadas rocosas con algunos tramos equipados con escalones y cadenas
(vías ferratas). Esta combinación de diferentes tipos de terrenos es uno de sus
grandes atractivos.
Como principal inconveniente está
la masificación de algunas zonas. Los remontes de esquí hacen que muchas
personas accedan a las partes superiores y realicen cortos paseos hasta los refugios
para comer o tomar una cerveza. Cuando uno se aleja de esos remontes, esa
masificación desaparece.
Día 3. Refugio Frara al refugio E.Castiglioni alla Marmolada.
Tras subir por una espectacular
canal llegamos a un refugio al lado de un lago y tras pasar un camino equipado
alcanzamos la meseta del macizo del Sella. Bajamos al paso Pordoi y desde ahí
nos dirigimos al Iago Fedaia, en cuya margen está el refugio de la Marmolada.
En esta etapa el objetivo era
coronar la cima de los Dolomitas (la punta Penia de la Marmolada). Se toma un
curioso teleférico que nos deja cerca del glaciar. Aunque en principio se trata
de un glaciar sencillo, las condiciones eran malas, con un hielo desnudo muy
duro en el que apenas mordían los crampones. Además, los crampones que
alquilamos en el refugio de la Marmolada eran impresentables: de una marca
china que intentaba simular unos grivel y que en mi caso se rompió poco antes
de salir del glaciar (ver el video).
Tras salir del glaciar y subir un
breve tramo de la ferrata, llegamos al collado de la Sforcela. Había comenzado
a chispear y la roca estaba muy resbaladiza, con lo que decidimos abortar el
ascenso por el riesgo que suponía la bajada. Aunque siempre cuesta un poco
renunciar a la cumbre, hay que tener la cabeza fría para hacer lo correcto,
como es este caso. El resto de la bajada y toda la tarde estuvo lloviendo
Día 7. Refugio Rosetta Pedrotti-San Martino di Castroz.
Tras desayunar subimos a la cumbre
del pico Rosetta crece del refugio para ver su vertiginosa pared. Después
volvemos al refugio a recoger la mochila e iniciar la bajada por amplios
zig-zags hasta el pueblo. Comemos en él y la furgo nos traslada a un hotel
crece del aeropuerto de Venecia. Mañana vuelo de regreso a casa.
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